Dolor crónico

18.04.2024

La definición del dolor es tan amplia como la percepción que cada uno de nosotros tiene de este. Todos hemos sentido dolor más de una vez y en muchas de estas ocasiones nos ha sido difícil explicarlo. Es una experiencia totalmente subjetiva y enormemente compleja en la cual inciden aspectos biológicos, psicológicos y sociales.

El dolor es un proceso complejo controlado por el sistema nervioso. Las células nerviosas receptoras interpretan los estímulos y envían un mensaje desde la médula espinal al cerebro. A priori, el dolor es un mecanismo de defensa que da la voz de alarma para protegernos y evitar que se nos provoquen más daños. Pero el dolor puede dejar de protegernos y convertirse él mismo en la causa constante del malestar y cuando esto ocurre el dolor pasa a ser una enfermedad.

Esta situación mantenida en el tiempo comporta una disminución de la actividad y un deterioro del estado físico de la persona, provoca trastornos del apetito y del sueño y obliga a una medicación excesiva. Todo esto afecta en el estado de ánimo con secuelas en el aspecto psicológico. El dolor crónico crea un círculo vicioso que envuelve a la persona desencadenando episodios difíciles de soportar.

El quiromasaje puede ayudar mucho a cambiar la situación y a romper el círculo vicioso. Las diferentes técnicas actúan sobre los huesos, músculos y articulaciones y sobre el tejido conectivo proporcionando beneficios biomecánicos, fisiológicos, neurológicos y psicológicos. El trabajo del quiromasagista sobre los tejidos bloquea los estímulos nociceptivos, consiguiendo un efecto analgésico sobre las terminaciones nerviosas y disminuyendo la percepción dolorosa.

Las maniobras suaves aplicadas con movimientos largos y deslizantes, ejerciendo diferentes grados de presión, siempre sin causar dolor, liberan tensiones y deshacen nudos musculares estimulando la circulación sanguínea y aumentando la nutrición y oxigenación de los tejidos.

El masaje más profundo realizando amasamientos, fricciones y golpeteos consiguen una hiperemia y un aumento de la temperatura en la zona tratada por la liberación de histamina que activa los procesos de glucogenolisi y gluconeogenesi, reduciendo la fatiga y mejorando la respuesta neuromuscular.

Aumentan los niveles de endorfinas aliviando la sensación de dolor y consiguiendo mayor relajación y un efecto analgésico.

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